Unas semanas atrás estábamos hablando con E. (ella viene a clases privadas conmigo de entrenamiento) y le dije “la verdad un día me gustaría probar clases de teatro”. Ella, una persona muy ligada al Arte en general, me cuenta los lugares a los que puedo ir a probar, y cada tanto volvía a salir el tema.
E. me invito a ver unas obras de teatro en su casa de campo. Estaba hospedando a un grupo de actores y actrices, en el salón de su casa, para que pudieran ensayar y a modo agradecimiento, estas personas hicieron la obra para ella y para las personas que ella invitase.
Y yo fui encantada. Las obras eran en italiano por supuesto, a pesar de que por momentos perdía un poco el hilo, igualmente estaba completamente concentrada en lo que estaba sucediendo.
Cuando terminó la obra, E. me presenta al director y me dice “ YYY?? ya le dijiste???” Bueno.. me mandó al frente, yo roja jajaja.. y lo bien que hizo, porque yo no me hubiese animado. Me mandó al frente para que le pregunte al director sobre las clases de teatro. Nos pusimos a hablar y le cuento que me gustaría probar para mí misma, para sciogliermi un po’, esto sería para sentirme más suelta. Me da su número de teléfono, hago una llamada perdida, pero como no había señal, al otro día me di cuenta que nunca le llegó y que tampoco se me había guardado el teléfono en mi celular.
El tiempo fue pasando, no tanto, pero ya había pasado, al menos un mes de ese evento. Y por momentos se me venía a la cabeza pedirle el teléfono a E. para contactarme con el director, y no lo hice.
¿Cómo es que termine yendo? Resulta que: El viernes pasado, de la nada misma, me llega un mensaje de él, diciéndome que el fin de semana había un workshop para principianti y que si quería podía ir a probar. Fue un absoluto “si” en ese momento. Aunque sabía que me iba a cagar toda, pero sentía que era el momento. Al final me llegó la invitación de él en el momento justo, se acordó de mí, seguramente le pidió mi teléfono a E. porque no lo tenía.
Y fui el domingo. Había personas más grandes que yo. Me pongo a hablar con la gente y una de las señoras me dice “ah perfecto el lugar que elegiste para llevarte traumas” y yo le respondo “justamente vengo acá para sacarme traumas, no para llevarme más traumas” jaja (todo en modo chiste).
Siempre que voy a hacer algo nuevo o probar algo nuevo, todo es un drama dentro de mi. Un drama increíble. De afuera vos me ves toda angelical, por dentro las voces demoníacas están dale que te dale, diciéndome de todo.
Nos dio tres consignas: representar uno de esos personajes que siempre encontramos en nuestro barrio, meterse en el lugar de un teléfono cuando lo usa un humano, o ser lo que te hubiese gustado ser y no sos actualmente.
Nos pidió que confiemos en la primera intuición que se nos vino al momento de decirnos las consignas. Luego hicimos una entrada en calor, unos juegos lúdicos, y a actuar!
Por dentro no podía creer que el primer día que fui a un workshop así tenía que ya ponerme a actuar sola. Fue lo que menos pensé que me podía pasar. Y me la elegí bien difícil!!! Veía que la gente pasaba y actuaba sin hablar o bailaba, y yo por dentro ”pero por qué nadie habla?” jajaja y le pregunto a la chica que tenía al lado si se podía hablar y me dice “si, lo que vos quieras”.
Elegí la última consigna. Ser lo que me hubiese gustado ser. Elegí “actriz”. Elegí actuar las voces dentro de mi cabeza. No solo que me mande ahí enfrente a hacerlo, sino que actúe dos personajes. Me ponía de un lado y actuaba como la voz tranquila dentro de mi cabeza que me decía que vaya tranquila, que me divierta, que es un juego, que no pasa nada, y luego cambiaba de lugar y actuaba de la voz cagona, que decía que no lo iba a lograr, que no podía respirar, qué porque mamá no me llevo a teatro cuando era chica, y volvía a la voz tranquila para tranquilizar a esa otra parte de mi. Bien leonino no? Bien drama jajajaj (mi luna). Al final hago como que me voy, toco la puerta, vuelvo y saludo a todos diciendo que lo logre! La gente se cagaba de risa de lo que estaba haciendo, o por lo que decía o por el ridículo! no lo se! lo bueno es que hice reír a muchas personas jajaja.
Luego descansamos y teníamos que elegir otro. Se me ocurrió una cosa buenísima con lo del celular! pero me requería mucho esfuerzo (y sentía que ya lo había dado todo con mi primera actuación) así que elegí la primer persona que se me cruzó por la mente, un chico que venía al negocio de mis padres a pedir dinero, era un personaje de aquellos, era simpático, y al mismo tiempo se mandaba cagada tras cagada. Me ponía a hablar con él siempre, cada vez que desaparecía y después volvía me contaba una historia diferente, que estuvo en la cárcel, que estuvo rehabilitándose, y yo le decía “pero dale, portate bien!!!” Intentaba darle ánimos desde lo que podía hacer, lamentablemente todo producto de la droga y de caer una y otra vez. Ni idea porque se me vino el a la mente. Confié en esa primera inspiración.
Luego el director nos dio unas devoluciones: de la primera actuación me dijo que estuve muy bien “brava, molto brava” y por animarme a actuar de mis fragilidades. En el segundo fue medio choti porque hice lo que pude y podría mejorarlo sin ninguna duda.
Me fui expandida, contenta, y me felicite por haberme animado. No me cuesta nada agarrar el celular y filmarme, hablarle a la cámara y exponerme en redes sociales. Me cuesta hablar o levantar la mano cuando participo en una clase. En reuniones sociales no hablo tanto, pero tampoco es que eso me molesta. Siento sea mas un trauma de la escuela cuando las maestras me exponían en clase y yo me quedaba paralizada. Puede ser que sea una persona mas introvertida, y por este motivo, quise empezar teatro, para quitarme capas y filtros, divertirme, sacarme juicios, hacer el ridículo, y jugar.
De yapa me gustaría explicar desde la mirada de Diseño Humano, lo que significa esperar la invitación para un proyector (soy proyectora): al inicio cuento que yo le conté a E. algo que me gustaría hacer, ahí comienza todo (me mostre), luego todo se fue dando hasta que me llegó la invitación sola.
Primero E. me invita a la obra de teatro en su casa.
Luego E. me presenta al director.
El director me escribe.
¿Qué hice? solamente dije “me gustaría probar clases de teatro”.
Y la vida me lo regalo, porque no sé si me hubiese animado a hacer todo sola, me faltaba coraje para ir a presentarme yo sola, no es que no lo podes hacer, por supuesto que si sos re mandada, vas y lo haces, porque ya hubo otras invitaciones antes.
Pero me pareció súper claro el ejemplo en este caso, para explicar lo de MOSTRARSE y que la INVITACIÓN LLEGUE.
Gracias por leerme hasta aquí! Espero que te hayas podido imaginar la actuación del drama de las voces de mi cabeza.
Abrazo enorme. Anto :)